Yo soy de los que empezaron a estudiar inglés con la ayuda de un Vox.

Para los más jóvenes: no hay connotaciones políticas aquí. El Vox era el diccionario de cabecera de los que estudiábamos idiomas en la época del BUP y el COU.

El caso es que entonces no había traducciones automáticas, por no haber no había ni Internet ni teléfonos móviles.

¿Te lo puedes imaginar?

Bueno, volvamos al presente que me pongo nostálgico. Es evidente que la traducción automática está siendo un avance impresionante. Gracias a ella nos podemos comunicar mejor y eso tiene un gran valor, porque los humanos solemos tener bastantes problemas para comunicarnos de forma efectiva.

Yo trabajo en una agencia de traducción así que se supone que algo de idiomas debo saber, pero de todas formas la utilizo muy a menudo. 

Por ejemplo al leer un libro en otro idioma, en el ordenador o en mi teléfono, a veces me encuentro palabras o expresiones que necesito aclarar. Solo tengo que seleccionar mi duda y buscarla en línea. ¡Parece magia!

Me ayuda un montón, de verdad. Estoy convencido de que también soluciona problemas a muchas personas en su día a día, cuando están de viaje, etc.

O sea que la traducción automática es más que suficiente en muchos casos, pero hay otros muchos en los que no lo es. 

La falacia de comparar la traducción automática con la profesional.

Son dos servicios diferentes que cumplen objetivos diferentes, por eso sería un error entrar en comparaciones y tratar de definir si una es mejor que otra.

Es como si comparamos una conversación por teléfono con una conversación cara a cara. Las dos son formas de comunicación, pero cada una tiene sus usos y matices propios. La conversación telefónica cumple con su función pero hay veces que no es suficiente, que se queda corta, y entonces necesitamos tener la conversación en persona porque es mucho más rica en matices, se transmiten muchos más detalles que no estaban presentes al hablar por teléfono: las expresiones, los gestos, los olores…

Algo parecido ocurre con la traducción automática y la traducción profesional, cada una tiene su lugar y debemos aprender a utilizarlas cuando corresponde. No esperemos de una traducción automática la perfección, lo mismo que no esperamos percibir los gestos de la otra persona cuando hablamos por teléfono.

¿Cuándo es bueno usar la traducción automática?

En general cuando podemos vivir con errores en la traducción. Es decir, que el resultado de esa traducción no va a afectar ningún aspecto importante de nuestra vida o nuestro negocio.

Nosotros estamos evaluando continuamente los traductores automáticos disponibles como el de Google, DeepL o eTranslation de la UE, a día de hoy siguen siendo una buena herramienta para entender el significado general de un texto, pero poco más. Siguen cometiendo errores.

¿Significa eso que debemos descartarlos? Para nada, son una herramienta súper útil, pero en su contexto.

El problema viene cuando alguien decide utilizarlos fuera de ese contexto, y ocurren cosas como la que le pasó a la Generalitat de Cataluña, publicando en su página web un texto en el que a Artur Mas se le llamaba “Arthur More”. O cuando uno de los grandes periódicos españoles publicó un titular en el que al líder del PP, Pablo Casado, se le llamaba “Married”.

En definitiva, la traducción automática es una fantástica herramienta que nos sacará de muchos apuros pero no debemos llevarla más allá. Al menos de momento.

¿Cuándo es bueno usar un traductor profesional?

Cuando traduces un documento oficial, una página web o un documento interno de la empresa lo haces porque necesitas que el resultado final se entienda por el destinatario del documento. Y eso solo te lo puede asegurar un traductor profesional.

Por supuesto también cuando lo que necesitas es una traducción jurada, en ese caso es indispensable el uso de un traductor jurado, habilitado ante la entidad a la que debes presentar el documento.

En todos estos casos el traductor profesional se asegurará de que todos los matices culturales, expresiones y particularidades del idioma original se convierten en su equivalente en el idioma de destino.

Es asombroso la cantidad de detalles propios del idioma o la cultura de origen que se esconden detrás de la información que generamos, no olvidemos que los traductores profesionales han dedicado, al menos, cuatro años de sus vidas a entender los secretos que encierra conseguir buenas traducciones. 

Parece una perogrullada, pero cuando necesites que el resultado de la traducción se entienda por los hablantes del idioma de destino, usa un traductor profesional. Y si puede ser nativo.

A eso es a lo que nos dedicamos en Landaluze translations & more. Traducimos con traductores profesionales que son siempre nativos en el idioma de destino. A esto le añadimos una capa de servicio para que tengas la traducción que necesitas, cuando la necesitas y con la mejor calidad garantizada..

Así que si necesitas ayuda con tus traducciones ya sabes donde encontrarnos.

© Landaluze translations & more 2024